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De ascendencia genovesa, Cándida Garbarino, nace en Cádiz. La afición de su padre a la pintura y el impacto de la obra de Miguel Ángel son sus primeros puntos artísticos de referencia. Le gusta ver, pintar y observar libros de láminas. Siente el deseo de plasmar las cosas sobre el plano y en algún caso la frustración.

 

Simultaneando con el Bachillerato acude a la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de la ciudad. Junto a los cursos de decoración asiste a las clases de pintura: el color, el natural y sobre todo la académica preocupación por el dibujo. La Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla supone una gran diferencia con lo realizado en Cádiz. Se libera del dibujo y se define por el color. La experiencia la recuerda enriquecedora.

 

Durante cinco años de permanencia no tuvo dudas: volver a Cádiz  y desarrollar el paisaje de su ciudad; en todas sus intensidades de luces y colores .Todavía no ha podido llevarlo a cabo pero la luz y el paisaje siguen ahí. Ya queda lejos Miguel Ángel a quien admiraba por la fortaleza y solidez de sus figuras. Ahora son los expresionistas; los alemanes más lejanos los americanos más próximos. El interés por la pintura-color le lleva al conocimiento de los expresionistas abstractos, De Kooning, Pollock y la fantasía naturalista de los años 50. Ellos, Rembrandt y Goya son sus autores actuales favoritos. Sobre la lectura o la reseña crítica sigue prefiriendo las imágenes.

 

Hoy ya madura la pintura de Candi se puede encuadrar en el expresionismo naturalista con derivaciones hacia la abstracción. La esencia del expresionismo abstracto es la afirmación espontanea del artista por lo que se hace difícil sacar paralelismo. Partiendo de la propia figuración simplifica, abstrae o sobre la espontánea mancha de color se buscan y condicionan formas. Ante la pregunta: ¿Que es antes la forma o mancha de color? Candi responde de inmediato “la mancha de color”. No hay pues idea previa sino la sugerencia de las manchas. Solo ante el lienzo empiezan a surgir las formas determinadas. “Mancha y color hasta encontrar algo que te guste” La evolución viene a partir de las posibilidades técnicas y materiales. La experiencia y el trabajo son la propia evolución. Es la correspondencia a la armonía consigo mismo.

 

Pero Candi no quiere perder el modelo original, la figura primitiva, el concepto soporte. Por ello como en la última etapa de Miguel Ángel hay siempre un concepto; expresión lograda obra acabada.

 

Candi trabaja sobre madera, lienzo o papel según el estado de ánimos. Cada material tiene su propia elaboración y sus posibilidades “la intimidad y la sutileza” del papel, la laboriosidad de la madera, matices y texturas, y el juego del color del lienzo. Pese a ello y superados los tierras y negros prefiere los colores puros. Las manchas puras y cálidas, la fuerza de la pintura, producen las formas. Las vibraciones de color entre un punto y otro. No hay proyecto. La voluntariedad, como decíamos antes, se supedita a las sensaciones. No a lo pretendidamente descriptivo y sí a las sensaciones puras que a través de las manchas de color construyen las formas.

 

Juan Ramón Cirici

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